La participación de las familias es fundamental para el éxito del proyecto. El apoyo al trabajo de los educadores y el seguimiento cercano de su hijo, así como las visitas y la participación son parte imprescindible para conseguir una exitosa recuperación y estructuración de la vida del niño o el joven.
Las familias son invitadas a "participar" profundamente del proyecto, esto es, a descubrir o profundizar en la vida cristiana como primer paso para poder acompañar mejor a sus hijos y la situación difícil por la que pasan todos juntos. Asimismo, la libertad de cada familia y sus ritmos son importantes para que el camino sea un camino de amistad y comunión, y no de simple compromiso. Nos inspira la labor de Madre Elvira, fundadora de la Comunidad del Cenáculo, que resume así el papel fundamental de la familia en la sanación de los jóvenes: "Familias convertidas, hijos salvados".